sábado, 3 de septiembre de 2011

Las bondades de los gobernantes



No hay virtud alguna en la caridad gubernamental obligatoria.

Un político que se felicita de su preocupación por los demás porque desea expandir los programas estatales de beneficencia, solo esta diciendo que esta dispuesto a hacer el bien con dinero ajeno.

Un elector que se enorgullece de apoyar esos programas
nos esta dando a entender que hará el bien con su propio dinero…..
pero solo si le apuntan con una pistola a la cabeza.
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