El hombre, en su despacho casero, prometió cambiar con el nuevo año que se iniciaba. Tomo una hoja de máquina y un lápiz bien afilado, hizo una respiración profunda, exhalo lentamente y comenzó a anotar, solemnemente, una lista de propósitos que cumpliría desde el primer día.
Prometo no fumar, se dijo y antes de anotarlo apago el cigarro en el cenicero de cristal. Prometo no tomar. Miro la botella de Buchannan con un cuartito y se juro que era la ultima botella que compraría.